Martes
08/13/13
El arbol renacido
es lampara que derrama luz en la hierba humeda de fiebre, esa fiebre antigua,
donde naufragamos tercamente sin limites, desafiando la vastedad del sueño;
laboriosos y agudos invadimos la arcilla y tejimos las preguntas, que siempre acompañan las piedras del camino;
el reflejo rojizo como un oraculo nos revela los secretos, los profundos secretos que palpitan en el
corazon ardiente. La fiebre pone al desnudo las raices en la noche aborigen de
piel en yunta y sangre emboscada; en los ojos teñidos de la savia
precursora grabados estan los signos de
la epopeya que nos precedio y nos trasciende.
Teresa Herrera
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