Aposento, aposento de árticos
soles procurando silencios,
propagando bemoles.
No hay entibiada
en la melancolía,
mi poema del día,
amanece la noche
y no logré todavía
mi poema recluso
de inconclusa poesía.
Fueron dichas mías
las dichas pensadas,
mis alforjas heladas,
mis alforjas vacías.
Me queda de amar
el pavor del olvido,
mis versos inmersos
en pesares versando
el dolor del quebranto
del tiempo perdido.
Ulular del viento
en su vuelco celaje,
sempiternos aciagos
días del estiaje.
Fueron dichas mías
las dichas pensadas,
mis alforjas heladas,
mis alforjas vacías.
febrero 2010
Carlos Román Ramírez
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