viernes, 22 de agosto de 2014

"AUSENTE" In memoriam de Rodolfo Virginio Leiro, De Esther González Sánchez

     







¡POETA de los tiempos!
Fue un grito funeral
 con vientre de ballena
tu perdida batalla:

Muy adentro de ti,
con esa calma opaca
de dormidas farolas
te veía un oscuro;
afilaba el desorden de un estruendo,
y al abrir su barrica
la tan lóbrega boca,
palideció la tarde confirmando
la gravedad dolora de su sino:

Bastaron dos sentencias,
dos sílabas de arpones,
para llevarte al umbral de una puerta
abastecida en llaves.

¡Alzado corazón,
como un secreto en púrpura tulipa!

Más alto que el vacío,
Oriente y Occidente
llueven tu brillo en pie, con el rigor
de una despedida luminar,
y tal como si fueran
hermanados, unívocos encuentros,
como rosa  amarilla
cae la turbación
del sol sobre tus hombros
y la blanca virtud de la mañana
no quiere madrugar en otras puertas.

Dulcemente dormido:
desde el urgente apremio que te obliga
gavillándote el pecho,
muriendo en sus violetas,
leve pareces
como una huida en pausa.
Blanco derrumbe en cúspide  semejas
igual que si habitases
el último esfuerzo de la mar
por llegar a sus playas,
o rindiera  tu párpado al éxtasis
de un pensamiento íntimo.

Sólo y venial; guitarra muda al aire
pareces
absorto en desacuerdos,
tal, si una rebelión de girasoles
voltease tus hábitos de luz,
exigua y agotada
en la artesa del tiempo
la bondad fraudulenta
de los panes prestados.



                                                               Esther González Sánchez

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