Acaso fui efímera
bandera
como perdido sueño de
bilarda,
pedazo de infancia
que se guarda
bordado sobre huerto
de quimera.
Concebí como
vate la manera
del perfume de
mística gabarda,
y mi
canto que nunca se acobarda
a la luna trocaba en
compañera.
Caminé al azar, rima
viajera,
como quien de
prisiones se libera
y de todo vestigio de
alabarda.
¿Seré astro distante,
cuando muera,
o la estrella fugaz,
grácil esfera
asomando en el cielo
mi cucarda?
Bilarda: juego de muchachos
Gabarda: rosal silvestre
Alabarda: arma ofensiva
Rodolfo Leiro.
26.6.2014
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