miércoles, 18 de marzo de 2015

"POEMA DEL TIEMPO" de Aníbal Colón De la vega (Puerto Rico)







Duración de lo sometido a la mudanza,
molde de la secuencia de los sucesos:
quién te ha visto, quién te palpa.
Tratan de agarrarte, y sólo hallan
en tu seno esencia intangible,
éter imponderable, onda inquieta.
Apenas conocen un pedazo de lo visible;
y pretenden conversar en clave críptica
sobre la dimensión de algo
paradójico e inefable.
Desde la lejana explosión primigenia,
tienes, tiempo, el tiempo contado,
pues no has de crecer perpetuamente.
Dicen los sabios que volverás,
junto con tu gemelo, el espacio,
a la prístina cuna del primer amanecer;
y que cada segundo es una eternidad.
La caña pensante dispara sus preguntas
hacia un cosmos lacónico.
¿Serás, tiempo, redondo como el reloj
que divide el flujo de tu corriente?
Y el relojero, ¿pierde el tiempo midiéndote?
El reloj guarda en sus entrañas
el ayer, el hoy y el mañana.
Es movimiento con el que se mide
el resto de los movimientos.
Renace hora a hora, día a día,
y trasciende las medidas de Cronos.
Ya quisieran algunos recordar el futuro,
como recuerdan los ayeres,
pero viven en la orilla del tiempo.
El presente se pierde
en las brumas de la ilusión.
Cuando la caída del sol llega a los ojos
miopes de los mortales,
ya el astro ha rodado cuesta abajo.
Quien se sumerge en la ola,
sólo aferra el instante fugaz.
El resto mora en un pasado
que nunca jamás regresará.
Los signos de las jornadas vencidas
enseñan a manejar los hilos del momento.
El porvenir es arcilla modelable.
Ya que no contempló la aurora del alfa,
¿podrá la mano falible y efímera
configurar una omega según su voluntad?
Me intrigan, oh tiempo, tus enigmas.
Si no me preguntan por ti, te entiendo;
y si me preguntan, me pierdo
allende atardeceres y alboradas.  

Aníbal Colón De la Vega

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