Se irán todas las cosas, tomadas de mi mano,
bajo este cielo índigo azul y amanecido.
Se marcharán conmigo cuando el adiós se alargue
y sólo sea un eco de nubes sobre el río.
Acaso una canción o el viento sacudan mi camisa
o en la amapola tiemblen los gorriones del frío
y tal vez tú recuerdes mi sombra en la ventana
o quién sabe si olvides los sueños que vivimos.
Es posible que alguien te tome de la mano
y acaso, sin saberlo, lea versos de un libro
que te incendien los ojos de distancias... tal vez
alguna noche, cuando ya me haya ido.
Todo se irá en mis brazos, tristezas, pensamientos,
poemas, mi sombrero, el calor de mi abrigo,
lluvias largas y astrales y los atardeceres
que pasan por mis ojos... como pasa el olvido.
Pero si te ama otro y si besa tus labios,
ámalo, no estés triste, no mires el camino
que es el ayer... y que nunca se entere
que esa noche, llorando, has soñado conmigo....
(c) José Manuel Solá / 8 de enero de 2015
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