Furtivo
aceite de sombras,
humedad de la llave,
tarea de la flor,
ecuación del viento.
Surge
y no se detiene.
Eleva su pie de dóciles corcheas.
Estrella sus filigranas sin rostro.
Se desliza por el acueducto
de las caracolas
hasta que nos nace
un torrente
de piel
en los sentidos.
Nedy Cristina Varela Cetani
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