El gorrión que no vuela, solo mira las piedras
jugueteando en los puntos diminutos de greda
espacio en calma, breve, de afanoso paseo…
descubriendo la vida entre el polvo y el cieno.
Sólo el vuelo sin ansias, entre nubes y cielos
ignorando caminos de ilusiones y anhelos…
La piedra despareja que transita y conoce,
que alimento le acerca ,es su casa y su noche.
Pero el día en que en vuelo desprolijo e incierto
descubra pena y gloria efímera en el tiempo
liberará su vuelo por minutos eternos….
aspirará con ansias entre ramas y flores…
.
¡Aunque rompan sus alas, tormentas de colores!!!
Yolanda Elsa Solís Molina
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