Todos los días tenia que ser navidad.
Oler los abetos trinando sus picos en la montaña.
Beber el horizonte con un claro matiz de esperanza.
Si. Todos los días debería levantarme con un abrigo en las manos,
y en los ojos un deseo satisfecho por la sonrisa....
Soltar el abrazo a modo de vértices cerrados en los supiros.
En las carcajadas de las gargantas que sienten que la vida es hermosa.
Todos los días un niño deberia ser feliz de tener una flor,
el juguete de la paciencia, de la virtud, el clavel del payaso
rociando con azahar la caricia.
Los hombres dándose la mano como hermanos sin esperar
a que haya treguas en la codicia.
Todos, absolutamente todos los días,
mi cuerpo debería relajarse pensando que el viejo santa descenderá en la chimenea soltando caligrafía que envuelva los regalos en pedidos sin fondos, sin cartera, sin prisa, sin pausa.
Que un camello se asome en la puerta de la ventana de mi habitación
creyendo que va a encontrar un cubo
de ternura entre los niños que duermen rendidos de espera.
Y un rey q se deja la corona por la prisa de no llegar a tiempo
en la madrugada.
Perdonadme, sencillamente,
todos los días son navidad para quien lquiere encontrarla.
Oler los abetos trinando sus picos en la montaña.
Beber el horizonte con un claro matiz de esperanza.
Si. Todos los días debería levantarme con un abrigo en las manos,
y en los ojos un deseo satisfecho por la sonrisa....
Soltar el abrazo a modo de vértices cerrados en los supiros.
En las carcajadas de las gargantas que sienten que la vida es hermosa.
Todos los días un niño deberia ser feliz de tener una flor,
el juguete de la paciencia, de la virtud, el clavel del payaso
rociando con azahar la caricia.
Los hombres dándose la mano como hermanos sin esperar
a que haya treguas en la codicia.
Todos, absolutamente todos los días,
mi cuerpo debería relajarse pensando que el viejo santa descenderá en la chimenea soltando caligrafía que envuelva los regalos en pedidos sin fondos, sin cartera, sin prisa, sin pausa.
Que un camello se asome en la puerta de la ventana de mi habitación
creyendo que va a encontrar un cubo
de ternura entre los niños que duermen rendidos de espera.
Y un rey q se deja la corona por la prisa de no llegar a tiempo
en la madrugada.
Perdonadme, sencillamente,
todos los días son navidad para quien lquiere encontrarla.
Isabel
Rezmo
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