Quise ser de este mundo, quise ser con la gente
promesa de mañana, quise con los amigos
liberar las auroras, amanecer cantando
como el viento alunado que pasa los trigales;
quise ser de la vida y apasionadamente
caminar por los versos y por las acuarelas
de la tarde y del sueño, por todas las hogueras
con las manos abiertas y caminar descalzo
tirando mis palabras al cielo de los tiempos:
elevarme desnudo de mi mismo en los brazos
de las eternidades de Dios, hasta perderme
en su aliento, en su verbo, en todo lo sagrado
a donde llegue el canto: allí donde estén todos
los que me precedieron, esperando.
Quise ser de este mundo,
mas no esperaba esto....
(c) José Manuel Solá / miércoles 26 de noviembre de 2014
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