Te acercas
a consumar
y me consumes
exiliándote en mi
inicialmente
con tu roce de hoja.
Me consumes
ya luego,
consumando contigo.
desde
esa violencia
de cavarme la carne.
Me reduzco en tus manos,
garras desafinadas
con acordes formales,
que consumando
conmigo
comienzan a regar
la doblez de mi músculo.
Confío como siempre
después de todo esto,
que llegará tu mimo
y quedaré
rendida
abarcada por ti.
El cuarto
Pierde tonos de luz.
las velas del círculo
que
ha cercado el combate,
se consumen a la orden
de la cera caliente.
Se ha consumado así
lo consumido.
la hormona masculina
y vanidosa
ya se duerme de lado.
mientras que los estrógenos
con la autoestima baja,
abandonan el lecho,
y atraviesan la noche
para hacer tiempo
en la bañera.
Se consuman las horas
con dosis de consumo.
Nuestros
fluidos
de oro en la pila,
bajan por el desagüe
mientras me seco
y regreso a la cama.
Entra el sol en el cuarto
mis ojos son dos piedras.
Mi cuerpo es una tabla
que calcinada flota
en tus caprichos.
No debería
dejar
que me consumas.
me lo repito siempre
Pero ahora que
despiertas y me miras.
Me cubres y me besas.
Me
crece la ternura
olvidando las horas
de tu abandono.
Y toda me consumes
Y todo te consumo
consumando los dos
el día
que se pasa..
(c)Carmen Castejón Cabeceira
(de mi libro "Mi Voz En Crisis")
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