El portal de la
Asociación Latinoamericana de Poetas en España publicó mi poema “Prohibido
cantar”. Para mi sorpresa, lo ilustró
con un rótulo real que rezaba: Se prohíbe cantar. Picado por la curiosidad, inicié una
investigación en la que encontré los siguientes hechos que dejo a vuestro
discernimiento. En el ayuntamiento de
Alfaro existe una ordenanza que prohíbe cantar en tono elevado, a cualquier
hora del día o de la noche. En
Turkmenistán se canta de verdad o no se canta, porque desde el 2005 no se puede
hacer playback o usar pistas
pregrabadas.
En el mundo se imponen otros interdictos que llaman
nuestra atención. Por ejemplo, se
sanciona lo siguiente: morirse en el Parlamento del Reino Unido; besarse en un
lugar público; nombrar Napoleón a un cerdo; que los monjes budistas se reencarnen sin la
previa aprobación del gobierno; poner en marcha su vehículo estando alguien
debajo de él; vestir mini-shorts rosa
a partir de mediodía de los domingos; peinarse y
hacerse la cola de caballo; salir a la calle sin ropa interior; vender y mascar
chicles; sorber la sopa; consumir sopa de letras; usar pistolas de agua en la
celebración del año nuevo; hurgarse la nariz —rinotilexis— los sábados; salir a
correr o trotar; filmar o ver películas sobre viajes en el tiempo; copular
mientras juega al ajedrez; comer o beber en las calles; lavar el automóvil los
domingos; tirar la cadena del inodoro u orinar de pie después de la 10:00
pm. En un país europeo violan la ley las
mujeres gordas, feas y poco atractivas que se muestren desnudas en las
playas. En otro, un hombre que sienta la necesidad de orinar en público puede hacerlo,
siempre que apunte hacia la rueda de su vehículo y mantenga su mano
derecha apoyada en él. Las embarazadas,
en cambio, pueden orinar dondequiera, hasta
en el casco de un policía.
En diversos puntos de Norteamérica también se dan
normas inverosímiles: obligación de vestir ropa combinada; poseer al menos dos
vacas para poder calzar botas de vaquero; no se permite lamer a los sapos; y
quien explote un dispositivo nuclear en cierto poblado, pagará $500 de multa; antes
de entrar en determinada ciudad, el conductor informará al jefe de la policía sobre
sus intenciones criminales. Las mujeres
no deben usar zapatos de charol.
Asimismo, la mujer no debe conducir un coche a menos que haya un hombre
corriendo o caminando delante de ella, agitando una bandera roja, para avisar a
los demás conductores y peatones. Si
las mujeres desean
lucir dentadura postiza o cortarse el pelo, necesitan el permiso de sus
maridos. Las solteras tienen vedado el
saltar en paracaídas los domingos. En
cierto Estado, infringe la ley quien lleve armas ocultas que superen los dos
metros de largo; y en otra jurisdicción, quien abra una botella de refresco sin la supervisión de un
ingeniero certificado. Quedan en
entredicho los perros que ladren a partir de las seis de la tarde, las personas
que salgan de un avión en marcha, duerman desnudas o en una quesería, no posean
un barco, nieguen la existencia de Dios, incumplan una promesa, jueguen al
dominó los domingos, finjan ser hijos de padres ricos, aten una jirafa a una
farola, rechacen un vaso de agua o lleven un bigote falso que cause risa en la
iglesia.
El derecho permite el disparar a un oso, pero sería un
transgresor quien lo despertara para sacarle una foto. Si alguien se propone armar ratoneras,
debería conseguir una licencia de cazador.
Por otro lado, ningún vehículo sin conductor está autorizado a rebasar
la velocidad de 60 millas por hora.
Sería una contravención el prestar la aspiradora, meterse monedas en las
orejas y no bañarse por lo menos una vez al año. Se considera una falta muy grave el matar,
sin avisar, a alguien que está intentando suicidarse. Va contra la ley el comer en un lugar que se
esté quemando, consumir más de tres sándwiches en un velorio o llevar un cono
lleno de helado en el bolsillo trasero del pantalón; y se aplica la pena de
muerte al que esparza sal sobre las ferrovías.
También resultan ilegales estos actos: tener sexo con un camionero dentro
de las casetas de cobro de las autopistas, la cría de cocodrilos en la bañera, vender
patatas coloreadas artificialmente, cazar animales los domingos, excepto
mapaches, que se pueden cazar hasta las dos de la madrugada, pintar los troncos
de los árboles, pintar una casa empleando más de dos
colores distintos. ¡Y está prohibido
terminantemente regar el césped mientras llueve!
Aníbal Colón De la Vega
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