Te llamo frente al océano.
Tu eres
el horizonte abierto
con hálito de calma
dibujado en mis ojos.
Por ti
deseo este mar
para cruzarlo
y conocer
lo que hemos diferido,
que sospecho sublime.
Que no ceda tu línea
bajo el severo sol.
Que no pueda la noche
intuirte tan frágil
después de soportarlo
prácticamente todo.
Te necesito
con la urgencia
de la que vive triste
sin ti.
Y
así, frente al océano
finalmente, he venido
a traerte esta flor
que ya agoniza
en la humedad
de mis horas,
con un número en turno
de tu vuelta que ansío.
Vente ahora contigo
sin dudas y con prisa.
Vente hoy,
y callará
este dolor de víscera
en tus labios de sal.
(c) Carmen Castejón Cabeceira
(de mi libro "Mi Voz en Crisis")
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