Hoy me voy hasta el clandestinaje
del amor y la memoria.
Soy el indocumentado de la noche que cruzó la frontera de tus besos.
Me iré por las ciudades, los caminos
y partiré alambradas y escalaré los muros
con las manos heridas
de un verso y otro verso.
Escribiré tu nombre en cada puerta,
en cada flor y hasta en la mirada de los niños.
Te escribiré en la lluvia y en la estrella más alta,
en las alas de un pájaro cantor, en cada pétalo...
Dibujaré tus ojos sobre cada ventana,
cantaré la locura de todos mis recuerdos:
los echaré a volar desde los trenes que en marcha
se pierden a lo lejos
como las mariposas azules de la luna,
como la mar que tiembla por los sueños...
Escribiré tu nombre, tus palabras,
lo infinito del cuerpo
del vino derramado en los poemas
que escribí cada noche entre tus senos...
Escribiré la vida
y hablaré de nosotros
ilegalmente entre las sombras que me acechan
y luego escaparé despavorido,
tan indocumentado como el fuego....
(c) José Manuel Solá
5 de noviembre de 2014
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