Amor
de tornasolados,
muro de trampas
edificado por sueños
al alcance de mis dedos
en despedidas inocentes
y torpezas encantadas,
anfitrión de oficio
en horas acostumbradas
al susurro,
apariencia del beso
que suavemente
asesina mi boca,
amante refugio
de mis credos
y versos.
Caridad Arencibia
No hay comentarios:
Publicar un comentario