No hace bulla, no exige cita
y el momento puede durar
eternidades de sueños
interminables.
Sin embargo la internet
que hoy no discrimina
por edad, color, raza,
partido político, religión
o ciudadanía, así como
ha invadido tu hogar y tu alma,
es todavía inepta para extender
o por lo menos desarrollar
la inteligencia humana.
Teresinka Pereira
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