Varón soy,
y puro es mi paseo
por tus jardines, doncella.
Más limpio que el vuelo
del águila y la estela de la nave.
Frutas intactas
rebosan en las cestas
de la mutua entrega.
Gratis es el abrazo de quienes
se pertenecen sin reservas,
y viva es la llama divina.
Salomón pretendió
comprar tus caricias,
mas no se vende el amor.
Cuando hierve el oro de tu pecho,
son pobres las minas del planeta.
Cada aurora y cada atardecer
estrena una canción sencilla,
mecida en ritornelos.
Mi danza cotidiana es inédita.
Yo, que ya me sé
tus sendas y veredas,
a veces me pierdo en el bosque
y descubro nuevos caminos.
Soy mayordomo de las aguas
que enlazan tu huerto tapiado
a las cumbres nevadas del cielo.
Varón
soy: a ti te lo debo.Aníbal Colón De la Vega
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