Retumba
el húmedo terral,
ante el
rugido tremebundo,
palmas y
ceibas meciéndose enamoradas,
tórrido
ventisco, néctar del cafetal.
Brillan los
ojos de la nueva aurora,
en el
poblado se desperezan los oídos,
una llovizna
de paz desencadena
sonrisas de
conciencias amainadas.
No es el
trueno de Thor,
ni el bramar
de Cielos Clandestinos,
es la voz
furibunda del Poeta,
con su manto
bordado de metáforas,
con su provocación
a continuar soñando,
a seguir
construyendo un Mundo de Paz.
®Gustavo M. Galliano
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