Los senos abiertos hacia el mar
como rías voraces de alimento
tengo a mi Galicia.
Silenciada por siglos
sellados sus labios por la espada.
Olvidadas gargantas
en la tierra y el mar que la navegan.
Llevada hasta la costa de la muerte
no dejaste que te mutilaran.
Fuiste campana y verso en Rosalía
y uva joven entre las manos sabias.
Volviste con tu lenguaje fresco
en la vida sencilla de la aldea.
Mientras el sol bendice tus cruceiros
canta con tu alegría, como siempre…
Con los diminutivos que tú sabes.
Nedy Cristina Varela
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