El aura de la noche
gime en avalanchas,
serpenteante, candorosa,
transpirando color.
Montada sobre nubes
tus brazos, cual férreas aspas,
emprenden cabalgatas, eternas,
por sobre el éxtasis del amor.
Remolinos de seda,
entrelazados al gozo,
mientras espasmos fragorosos
beben aguardiente del crear.
Gustavo M. Galliano
Erotismo desbordante. Excelente!
ResponderEliminarVictoria
Victoria:
EliminarGracias por el comentario. Para quien escribe es muy importante que el lector le brinde su opinión, luego de recrear en su mente, el poema.
Fraternal abrazo,
Gustavo M. Galliano